Otro libro para poner los pies en la tierrra:
"Contra la historia oficial"
José antonio Crespo
Ed. Debate
“suponer que por ignorar la verdadera historia de su país los mexicanos serán mejores ciudadanos equivale a pensar que los niños se convertirán en mejores adultos si jamás se les desengaña sobre la verdadera identidad de los Reyes Magos”.
Arturo Jiménez
Periódico La JornadaLunes 9 de marzo de 2009, p. a14
Los mexicanos tendemos a identificarnos con el tlatoani Cuauhtémoc, en una “exaltación” de la derrota y el sacrificio ineficaz, pues no logró sus propósitos; el conquistador español Hernán Cortés es en realidad el “padre de la nación mexicana mestiza”, pese a lograrlo mediante la violencia, pero sólo preferimos reconocer la raíz indígena; en Guadalajara, el cura Hidalgo, el “padre de la patria”, incurrió en asesinatos de civiles españoles, entre ellos mujeres y niños, rompiendo el salvoconducto que se les había dado.
Más aún: sin demeritar sus muchos logros, como el Estado laico, el presidente Benito Juárez recurrió al fraude electoral y le “daba vueltas” a la ley, lo que lo aleja de la imagen de “adalid de la legalidad”; Santa Anna es el prototipo del político actual: “pragmático, oportunista, demagogo, cínico, corrupto, tramposo”, pero antes de ceder más de la mitad del territorio mexicano a Estados Unidos, venció a los españoles en 1829, cuando intentaban una reconquista del país, triunfo más importante que el de Ignacio Zaragoza contra los franceses, el 5 de mayo de 1862.
La desmitificación de la historia oficial mexicana es “impactante” e incomoda a muchos, pero debe realizarse, porque si no se conoce la verdad del pasado no podrán entenderse ni enfrentarse los problemas del presente, ni avanzar hacia un país “más justo y democrático”.
Lo anterior se desprende de una entrevista de La Jornada con el sociólogo, politólogo e historiador José Antonio Crespo por su nuevo libro Contra la historia oficial (Debate), en el que cuestiona la alteración de hechos y personajes desde la Colonia hasta la Revolución, como esfuerzo por construir una “historia crítica”.
Periódico La JornadaLunes 9 de marzo de 2009, p. a14
Los mexicanos tendemos a identificarnos con el tlatoani Cuauhtémoc, en una “exaltación” de la derrota y el sacrificio ineficaz, pues no logró sus propósitos; el conquistador español Hernán Cortés es en realidad el “padre de la nación mexicana mestiza”, pese a lograrlo mediante la violencia, pero sólo preferimos reconocer la raíz indígena; en Guadalajara, el cura Hidalgo, el “padre de la patria”, incurrió en asesinatos de civiles españoles, entre ellos mujeres y niños, rompiendo el salvoconducto que se les había dado.
Más aún: sin demeritar sus muchos logros, como el Estado laico, el presidente Benito Juárez recurrió al fraude electoral y le “daba vueltas” a la ley, lo que lo aleja de la imagen de “adalid de la legalidad”; Santa Anna es el prototipo del político actual: “pragmático, oportunista, demagogo, cínico, corrupto, tramposo”, pero antes de ceder más de la mitad del territorio mexicano a Estados Unidos, venció a los españoles en 1829, cuando intentaban una reconquista del país, triunfo más importante que el de Ignacio Zaragoza contra los franceses, el 5 de mayo de 1862.
La desmitificación de la historia oficial mexicana es “impactante” e incomoda a muchos, pero debe realizarse, porque si no se conoce la verdad del pasado no podrán entenderse ni enfrentarse los problemas del presente, ni avanzar hacia un país “más justo y democrático”.
Lo anterior se desprende de una entrevista de La Jornada con el sociólogo, politólogo e historiador José Antonio Crespo por su nuevo libro Contra la historia oficial (Debate), en el que cuestiona la alteración de hechos y personajes desde la Colonia hasta la Revolución, como esfuerzo por construir una “historia crítica”.
Aún no termino de leerlo pero les aseguro que se llevarán tanto decepciones como sorpresas.
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